Otros posts al azar del blog que te pueden interesar

Trip to Russia (day 1): Love boat



Iré escribiendo el viaje a Rusia por partes: este post para el viaje hasta Helsinki; después, Helsinki; y tras ello, S.Petersburgo para acabar con un último post sobre Moscú.

De todos los viajeros que hicimos el viaje, Linkoping era sin duda alguna la ciudad más numerosa. En total, 81 que nos tuvimos que repartir en dos autobuses (de los 3 que había para todos los que fuimos). Tras varios meses de preparación y decenas de mensajes recibidos por la compañía que nos lo organiza, por fin, estábamos saliendo. En los emails se nos había hablado del dinero, que lo podríamos cambiar en la frontera rusa, en los hoteles rusos; también de lo importante que era llevar papel higiénico para los hoteles rusos (y digo yo, que un hotel de varias estrellas no va a tener papel higiénico...) y que siempre fuéramos en grupos grandes por Rusia.

Del trayecto en autobús, nada reseñable. Tan sólo el típico paisaje sueco bosque-casa roja-bosque-lago-bosque... .


Una vez llegamos a Estocolmo, tocó esperar en la terminal a que nos abrieran el embarque. Así que tuvimos que hacer horas dentro, comiendo y jugando a las cartas, a la vez que le íbamos enseñando a Anton a soltar tacos en español. Ahora, en vez de llamarnos chicos, o por nuestro nombre, nos llama "cabrón" o "cabrones".



Después de tanto esperar, entramos en el barco con ganas de fiesta, pues estabámos de nuevo en uno de los fucking boat. Esta vez nos tocaba el Amorella boat, con camarotes bastante más pequeños que los del barco que nos llevó a Polonia. Sin embargo, la discoteca que había en el barco (y el número de chicas) superó con creces nuestras expectativas. Como siempre, el duti free totalmente lleno nada más abrir.

El plan en estos barcos es siempre el mismo: botellón en una de las plantas del barco y posteriormente entrar a la discoteca. Nosotros nos portamos bien y decidimos no cansarnos demasiado, pues al día siguiente visitaríamos Helsinki.
En el botellón, causó furor el juego de dar vueltas alrededor de una botella y luego salir corriendo. Aun estando sobrio, es difícil no caerse. Los alemanes ya estaban bastante entrenados en este juego, sin embargo, nosotros también tuvimos representante español: Juan, que no pudo con el campeón alemán a pesar de estar éste último bastante entonadillo.

Tras eso, nos fuimos a la discoteca.



Tras la discoteca, y de camino a nuestras habitaciones, nos encontramos toda nuestra planta (segunda planta) llena de la cosa blanca que echa el extintor. De repente, oímos los walkis de la policía así que tuvimos que salir corriendo y meternos en el primer cuarto que pillamos abierto. Cuando pasó el peligro, nos fuimos a las habitaciones.

Según nos contaron días más tarde, dos españoles habían puesto todo aquello perdido con el extintor, había venido la policía y, una vez en Finlandia, se los llevaron a comisaría. Así que el camino desde Helsinki a S. Petersburgo lo tuvieron que hacer por su cuenta y con una buena multa. Según me dijo uno del viaje, tenían una multa de 900 € o entrada vetada en Finlandia durante cinco años, pero ya se sabe, quién te dice que sea verdad... .

Y, por fin, a dormir un par de horitas hasta las 6 que llegó la limpiadora gritando que había que levantarse.


Próxima parada: Día 2: Helsinki, que no decepcionó para nada. Nos habían contado que era tan feo, que nos temíamos lo peor. Pero ello no ocurrió y mereció la pena pasear por la ciudad a una temperatura de -1º C y un viento que creaba una sensación térmica de - 8º C.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...